martes, 17 de marzo de 2009

:$

Andrea: Entonces, ¿Qué quieres saber exactamente?

Joel: Todo.


Andrea: No puedes saberlo todo, no tenemos tanto tiempo... y de tenerlo, nunca es suficiente.

Joel: Tenemos una vida.


Andrea: No digas eso, sabes que no voy a quedarme.


Joel: Andrea, ¿A qué le temes?


Andrea: A nada.


Joel: Pienso que te da miedo el que esto te guste demasiado, por lo cual organizas tu tiempo con el fin de, según tú, no correr riesgos, que eres capaz de inventarte mil personalidades para que al sentir que no te conozco desista y te deje ir. Pienso que tienes miedo de elevar los pies del suelo otra vez, aún cuando sonríes al recordar la sensación, que ni tú te la crees cuando dices que el sexo lo cura todo, que más bien es sólo un analgésico para ese dolor oculto del que nunca hablas pero que te brota por los ojos.


Andrea: ¿Te das cuenta ahora de cuál es el problema? ¡Piensas demasiado! ¿De eso se trata? ¡Ya sé! Tú me analizas, descubres mis debilidades, te vistes de super héroe y me confiesas que tu misión es rescatarme de mi miseria y ser feliz para siempre junto a tí. Joel, eso no existe, es una fumada idea novelesca. ¿Por qué complicar tanto las cosas cuando todo estaba claro?


Joel: Yo no estoy complicando nada. Sólo expreso lo que veo, lo que siento, lo que creo... ¿Tienes hambre?


Andrea: Mucha, ¿Qué comeremos?


Joel: ¿Qué se te antoja?


Andrea: Mmmm... Tu piel como plato fuerte, tu orgasmo como sobremesa y de postre un beso donde juguemos con nuestras lenguas.


Joel: Yo estaba pensando en pedir algo del restaurant de acá

abajo. ¿Has probado las crepas de pollo de ahí?

Andrea: No... Dime, ¿Por qué juegas a esto? ¿Quieres que me sienta como la que solo viene por el placer físico que representan nuestros encuentros? ¡¿Quieres que me vea como una cualquiera y tú como el tierno, amable y atento caballero derritiendo un hielo que no quieres ver que está seco?! No es necesario, mira, estamos en la cama, completamente desnudos, acabamos de terminar, tú en mi pecho yo en tu boca, no tienes que convencerme de nada... Y no me veas así, lo único que busco es ser honesta y dejar de complicarme la existencia.


Joel: ¿Quién habló de complicaciones? Sólo quiero que te quedes, que me permitas amarte... ¡Por Dios! Hace un mes que tengo un disco lleno de canciones que quiero dedicarte, ya decidí qué de regalaré en tu cumpleaños y faltan más de 5 meses, tengo vacíos un par de cajones y la mitad mi clóset solo para tí. ¿Qué más necesitas?


Andrea: Voy a quedarme esta noche pues acordamos que serían dos y así será.


Joel: ¡Deja de hablar de acuerdos! ¡Déjame hacerte feliz!


Andre: Pero si yo soy feliz ¿Acaso no se nota? Así, sin hablar de un futuro pues es un tiempo que no nos pertenece, que ni siquiera existe, que simplemente no es nuestro y no podemos contar con ello, soy feliz así, comiendo de tu espalda, cumpliendo estos acuerdos, pues así conocemos el plazo exacto y definido con lo cual soy capaz de disfrutarlo sin la mortificación de pensar en qué pasará después. Soy feliz complaciendo tus fantasías, vistiendome como te gusta, peinándome, depilándome, y maquillandome como me lo pides, puedo mirarte a los ojos, hacer el amor en la posición que me pidas, llamarlo "hacer al amor" ... puedo caminar contigo tomados de la mano, ayudarte, vivirte, pero no me pidas amor, hace mucho que no cargo con él... Tú me conociste siendo esto y pensé que me aceptabas así.


Joel: Hay una pizzería aquí cerca, vamos, comemos y pasamos al mall pues necesito comprar algo para el cumple de mamá y pues tu eres la del buen gusto para eso, además hacen falta algunas cosas de la despensa... ¿Estás de acuerdo si damos esas vueltas y nos regresamos para acá?


Andrea: Solo si pides la italiana con bolitas de carne extra.
Joel: Si, yo pediré la mitad mexicana para mí...


No hay comentarios:

Publicar un comentario